BREVE HISTORIA
Inaugurado el 15 de octubre de 1885 como Teatro de la Princesa.
Tras la muerte del rey Alfonso XII, con el consiguiente luto en la Corte y el forzoso retraimiento de la aristocracia madrileña, empezó un periodo de dificultades económicas para el Teatro de la Princesa. Ya en aquellos finales del siglo XIX, la figura de María Guerrero empezó a asociarse al escenario que años más tarde tomaría su nombre. El 20 de marzo de 1908, María Guerrero y Díaz de Mendoza se convirtieron en propietarios del Teatro de la Princesa, que inauguró con ellos una etapa de esplendor marcada por importantes estrenos de autores como Jacinto Benavente, Valle-Inclán, Muñoz Seca, Álvarez Quintero o Benito Pérez Galdós.
Tras la muerte de María Guerrero, el Estado español adquirió el edificio en la época de Primo de Rivera y lo utilizó como sede del Conservatorio de Música y Declamación, con cesiones ocasionales para funciones teatrales y festivales benéficos.
En 1934 se utilizaba como sede de teatro Escuela de Arte.
En 1978 pasó a ser sede del Centro Dramático Nacional, cuya dirección fue encomendada a Adolfo Marsillach.
Tras la última remodelación, desde marzo de 2003, el Teatro María Guerrero cuenta con un segundo espacio, Sala de la Princesa, para espectáculos de pequeño formato, con una capacidad máxima de 120 espectadores.
VISITA GUIADA

Los focos que hay a pie de escenario se llaman tomatitos (hacen guiño a la candileja).
El hombro derecho queda más aforado porque en él está situado la utilería teatral y el regidor.
Si en alguna obra de teatro, por guión alguien debe salir fumando, tienen que ser cigarros de maíz. Y si hay periódicos, deben ser de la época en la que se oriente la historia.
El utilero es el encargado del material y utilería, suelen estar licenciados en bellas artes para hacer todo tipo de decorados.
Hasta que se estrena la obra, el regidor es el director artístico (es quien lleva el casting, el proceso de ensayos, todo el trabajo previo), una vez estrenada la obra el director artístico no suele estar en las representaciones y el regidor pasará a ser el director en función.
Se ponen en el hombro derecho para tener contacto directo con las escenas, pero hoy en día van siguiendo la obra desde la pantalla de seguimiento pero sí tienen que tener contacto directo con los actores para marcarles entradas, salidas e incluso hacer de apuntador por si se les olvida el texto y salvar la escena. Además, el regidor tiene que comunicarse con todo el personal técnico.

Hubo foso de orquesta. Foso, escena y telar conforma la torre escénica, también llamada caja escénica.
El María Guerrero es un teatro decimonónico.
El foso está debajo de la escena, se puede quitar por completo con sistema de tablas, todas letradas y enumeradas. Por ejemplo, si quieres subir un piano, mides el piano y teniendo en cuenta sus dimensiones quitas las tablas necesarias hasta hacer un agujero de las mismas dimensiones y subes el piano. Ese agujero se llamaría escotilla o escotillón.
Hay mucho léxico de la navegación que coincide con el teatral.
Una escotilla también puede ser para subir o bajar a un actor. Y si lo necesitan, también pueden abrir contrafoso, con el mismo sistema de tablas que el foso, normalmente permanece cerrado porque lo tienen de taller de focos y están los técnicos trabajando pero si el montaje lo pide pueden abrirlo.
Desde el foso también pueden hacer cosas con humo como simular la niebla.
Para disfrutar de la obra, están las butacas en pista; los palcos, donde antiguamente se sentaban los burgueses y reyes para ser vistos; y la planta más alta es el gallinero, actualmente la más económica.
Para disfrutar de la obra, están las butacas en pista; los palcos, donde antiguamente se sentaban los burgueses y reyes para ser vistos; y la planta más alta es el gallinero, actualmente la más económica.
Sala de la Princesa

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